La habilidad y la técnica de los cirujanos que realizan operaciones de restauración capilar varían ampliamente, al igual que los resultados conseguidos. Sin embargo, existen ciertas cosas que se pueden hacer antes y después del procedimiento para tener una mayor seguridad de que todo va a salir como esperábamos.
Cuando se hace bien, una cirugía de trasplante de cabello puede producir resultados para toda la vida, y tan naturales que pocos pueden detectarlos. Por ello, elegir el procedimiento adecuado, la clínica en la que vamos a hacerlo y el cirujano encargado de nuestro caso, es primordial para que todo salga bien. Es muy importante, sobre todo, que elijamos a nuestro médico cuidadosamente, ya que los resultados que vamos a conseguir durarán toda la vida.
Igualmente, informarnos correctamente acerca de todo el proceso, también ayudará a que tomemos las mejores decisiones. Hoy en día resulta muy sencillo conseguir información sobre cualquier tema gracias a internet, por lo que no será complicado que podamos estar al tanto de todo antes de someternos a la operación. Algo que nos ayudará enormemente, sobre todo a la hora de crearnos unas expectativas realistas, será visitar sitios en los que las personas que ya se han sometido a la cirugía comentan acerca de sus experiencias y resultados.
Nunca debemos olvidarnos, aun así, de consultar nuestras dudas al médico que se encargará de nuestra operación, ya que será quien pueda explicarnos cualquier detalle con rigurosidad médica. Cualquier clínica seria y profesional tiene la obligación de informar a sus pacientes de cualquier duda que tengan para que se sientan con la mayor seguridad antes de someterse a la operación.
Pero no solo debemos tener cuidado antes de la operación, ya que también después de ésta existen precauciones que tendremos que tomar si queremos que los resultados sean óptimos. En Capilae recomendamos lo siguiente:
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Evitar el ejercicio:
Debemos evitarlo durante el período inicial de curación después del procedimiento debido a que la sudoración excesiva aumenta el riesgo de infección. Tampoco se recomiendan, por esta misma razón, las saunas y los baños de vapor.
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No tomar comida picante:
En este caso, es recomendable evitarla tanto antes como después del procedimiento, ya que la respuesta del cuerpo a las especias interfiere con las condiciones estables ideales para la operación.
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No beber alcohol:
Esto es debido a que el alcohol puede afectar al suministro de sangre a la cabeza y al proceso de curación, por lo que no se debe ingerir ni las semanas antes ni después para que no haya ningún problema.
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Informar al médico de cualquier aspecto que pueda afectar a la intervención:
Debemos ser honestos con toda la información que demos a nuestro cirujano acerca de nuestros hábitos y cualquier otra cuestión que nos pregunte. Si nos guardamos cierta información, ya sea por pudor o por otro motivo, podría afectar negativamente a los resultados que obtendremos, por lo que lo mejor es ser sincero y evitar así complicaciones innecesarias.
Helena Fernández
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