La legionelosis es una enfermedad peligrosa que puede producirse por el contacto con vapor de agua contaminado con esta bacteria, como resultado, que puede causar graves enfermedades respiratorias. Para prevenir los contagios por estos microorganismos ten en cuenta estos 3 consejos para evitar infectarte de legionella.
#1 Evita el estancamiento de agua
Las bacterias de legionella se reproducen rápidamente en lugares donde el flujo del agua es lento, puesto que aumenta la posibilidad de crear un depósito o biocapa que cuente con una temperatura adecuada para su proliferación. Por eso, para minimizar el nivel de contagio hay que lavar con continuidad estas áreas y utilizar un buen sistema de desagüe.
Al usar jacuzzis, piscinas o spas, asegúrate de que se le hayan realizado desinfecciones periódicas, así como los análisis químicos y biológicos correspondientes después de cada uso. Supervisar que en el baño y terraza no haya espacios donde el agua se mantenga estancada por mucho tiempo.
#2 Realiza un buen mantenimiento
Reducir la suciedad es una manera eficaz para prevenir los contagios por esta bacteria. Una desinfección continua de las superficies húmedas y el control de la temperatura, impiden la supervivencia de estos agentes infecciosos. Por eso, si en tu red de distribución de agua usas filtros en duchas y grifos con agua caliente, lo recomendable es lavarlos con jabón para que estén bien limpios.
Por otro lado, se aconseja que los difusores de las tuberías sean de gotas gruesas para que no se acumulen sedimentos al salir el agua. En algunos casos, para la prevención de legionella lo mejor es contar con la ayuda de expertos que se encarguen de llevar a cabo este mantenimiento, preferiblemente al comienzo de la primavera y el otoño, cuando las temperaturas comienzan a subir.
#3 Utiliza productos de desinfección en el agua
Para limitar la cantidad de legionella en el sistema de agua es necesario aplicar productos químicos de desinfección, como es el caso de los biocidas. Estos permiten controlar los microorganismos de los que se alimentan este tipo de bacterias.
Los tanques de depósito de agua fría para el consumo humano deben ser desinfectados por lo menos una vez al año. Asimismo, las fuentes de agua deben estar protegidas del calor excesivo para evitar los procesos de evaporación. Por último, el agua que se almacene deberá ser renovada de forma continua para prevenir la acumulación de lodo, materia orgánica y corrosión.
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