Seguro que has leído algún que otro artículo de cierto taller mecánico sobre la importancia de vigilar el estado de tu coche, especialmente en esta época en la que la climatología no resulta favorable y pone a prueba elementos tan indispensables como los neumáticos o el motor. Pero poco se ha escrito de cómo influye algo tan cotidiano como la conducción en nuestra salud.
No sé si te has parado a pensar que nos llevamos, por regla general, una buena parte de los días sentados delante del volante, sobre todo, si utilizamos este vehículo para desarrollar nuestro trabajo. Aunque también estemos sentados en otros lugares a lo largo de nuestro día a día es en el coche donde la postura adquiere una mayor importancia para nuestra salud y bienestar.
Hay tantas posturas como conductores existen. Los hay que van pegados excesivamente al volante o aquellos que conducen con la espalda totalmente recta. También los hay que prefieren estirar las piernas y por eso desplazan el asiento lo más retirado posible de los mandos o los que optan por inclinar el respaldo todo lo posible.
Pocas personas se tratan a valorar cuál es la posición correcta de su asiento y de otros elementos clave para la seguridad y agilidad como el cinturón de seguridad, el volante o los diferentes espejos. No cabe señalar que todas las modificaciones que tengamos que hacer debemos llevarlas a cabo con el coche debidamente detenido.
Una vez que tenemos regulado la inclinación del asiento por medio de las distintas palancas disponibles junto a él, es conveniente colocar el asiento no muy lejos del volante. Lo ideal es que cuando estiremos la pierna (pero no del todo) los pedales estén accionados hasta el fondo, por eso, la distancia ideal depende cada persona. Otra medida de referencia es apoyar las muñecas en el volante sin estirar excesivamente los brazos. En cuanto a la inclinación, lo más conveniente es que la espalda siempre esté en contacto con el respaldo del asiento, por lo que es suficiente con una curvatura leve. Los espejos, a veces son los más olvidados, porque nunca los regulamos habitualmente aunque influyen bastante en nuestra seguridad durante la conducción. En este sentido, lo mejor es ajustar primero el retrovisor interior y luego los de las puertas (si se hace en un lugar llano mejor que mejor).
¿Pensabas que ya teníamos todos los elementos regulados? Pues no. Aún nos queda el reposacabezas, que no deja de ser un elemento de seguridad pasiva por lo que debe situarse unos 2 centímetros por encima de la cabeza; así como el volante, el cual ya es posible regular su dirección, altura y profundidad en muchos modelos de coche (siempre que hagas este ajuste deberías hacer la prueba de las muñecas para que descansen sobre el volante una vez extendidos los brazos). Tampoco hay que olvidarse de regular el cinturón de seguridad para que no roce el cuello.
Tal y como hemos dicho al comienzo del artículo una mala postura durante la conducción puede producir dolencias significativas. No son pocos los clientes habituales de Jiménez Motor, taller mecánico en Sevilla que cuando acuden al establecimiento para una reparación de su vehículo manifiestan tener dolores en la columna. Y es que aparte de estos problemas, también pueden aparecer lesiones articulares u otros de cierta envergadura como trastornos renales, hemorroides o incluso sobrepeso (sobre todo si te dedicas profesionalmente a la conducción). Por supuesto, la conducción también influye psicológicamente pues puede producir estrés (sobre todo cuando sufrimos algún atasco) y agotamiento físico (es recomendable descansar cada 2 horas o 200 kilómetros).
Muchos fisioterapeutas recomiendan hacer pequeños ejercicios al notar los primeros síntomas de estas dolencias (flexionar rodillas, piernas o talones) aunque como siempre, si los dolores van en aumento lo mejor será ponerse en manos de profesionales de la materia como fisioterapeutas o quiromasajistas.
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